Aula de empleo feminista

  • La desigualdad de género que hay en el mundo laboral es la realidad cotidiana. Muchos sectores laborales a los que acceden mujeres y hombres, en su mayoría, son diferentes. Las mujeres siguen accediendo sólo a los sectores que se consideran tradicionalmente femeninos. Es por esto que abrimos un espacio donde nos podemos sentir seguras y enfrentarnos al mundo laboral desde una perspectiva de género, poniendo el foco en la autoestima, la seguridad y el...

Basquiat y Warhol, Nueva York en las venas

  • La exposición Basquiat x Warhol a cuatro manos, es la más importante dedicada a la colaboración de estos artistas, con 300 piezas entre las que destacan 70 obras que Warhol y Basquiat crearon juntos. Están acompañadas por las de otros artistas del momento recreando el escenario artístico de aquel Nueva York.

    warhol basquiat

    Michael Halsband, Andy Warhol y Jean-Michel Basquiat, Nueva York, 10 de julio de 1985, colección del artista.

     

    Cuando Frank Gehry pensó por primera vez en el edificio que iba a diseñar para la Fundación Louis Vuitton en el Bois de Boulogne en Paris, su cabeza dibujó un velero con doce velas de vidrio infladas por el viento del oeste como si navegara por el bosque. El interior de ese velero estalla ahora con el ruido y el colorido de las calles de Manhattan. Es la exposición: Basquiat x Warhol a cuatro manos, la más importante dedicada a la colaboración de estos artistas, con 300 piezas entre las que destacan 70 obras que Warhol y Basquiat crearon juntos. Están acompañadas por las de otros artistas del momento recreando el escenario artístico de aquel Nueva York.

     

    Warhol basquiat colour

    Michael Halsband, Andy Warhol y Jean-Michel Basquiat, Nueva York, 10 de julio de 1985, The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts.

     

    Los años ochenta fueron allí una mezcla de muchas cosas: el ritmo del “beap”, el “hip hop” y los gritos de los niños saltando sobre los juegos pintados con tizas en las aceras de Brooklyn, las ventanas y puertas abandonadas en los contenedores, los trenes y vagones cubiertos de grafitis, los atronadores aviones que despegaban y aterrizaban desde el aeropuerto de LaGuardia, los camiones de leche, las ambulancias, los mejores conciertos de Central Park, el infierno del sida y, en fin, la pulsión callejera y multirracial de esa ciudad. Fue el alimento de estas dos estrellas, dos iconos del arte contemporáneo estadounidense de la segunda mitad del siglo XX.

    Entre 1983 y 1985, Jean Michel Basquiat (1960-1988) y Andy Warhol (1928-1987) crean una singular colaboración artística de la que surgirán 160 obras, algunas de ellas las más importantes de sus respectivas carreras.

    El demiurgo de este encuentro es el marchante de arte suizo Bruno Bischofberger (Zürich, 1940). En el invierno de 1983-1984, en su casa de St. Moritz, ambos hablaron de las “colaboraciones”, esa forma de trabajar de algunos pintores de los siglos XV al XIX que fascinaban a Bischofberger. Basquiat había pintado un cuadro en el garaje de su casa con Cora, la hija del marchante, que entonces tenía cuatro años. Además, en el libro de visitas de la casa, Basquiat había hecho un dibujo a doble página con ella. Bischofberger había advertido cómo la técnica infantil de la niña y el estilo “primitivo" de Basquiat encajaban asombrosamente. Él era amigo y principal distribuidor de la obra de Warhol y pensó en él para trabajar con Basquiat. En la mañana del 4 de octubre de 1982 llevó a Basquiat a la Factory y le presentó a Warhol quien inmediatamente fotografió a Basquiat unas treinta veces con su Polaroid.

    Después, Basquiat pidió a Warhol que pasara la cámara a Bischofberger para que hiciera un retrato de los dos. Cuando salieron a comer, Basquiat no quiso acompañarles. Su cabeza y su mano izquierda, era zurdo, bullían ya con una idea e infinitos colores. Empujó con ímpetu la puerta de su estudio, tiró de un lienzo de 1.50 x 1.50 y proyectó en él la rabia y todo el poder de su mirada. Con el cuadro aún fresco y goteando hilos de pintura negra, su asistente salió corriendo hacia la Factory, en Union Square. Warhol, impactado por el talento de un artista tan joven y tan libre, dijo con su voz aguda: “Es más rápido que yo”.

    Este cuadro, Dos Cabezas, tiene la fuerza de toda obra inaugural y es hoy el pistoletazo de salida de la exposición de Paris. En él, Basquiat pinta a Warhol con una mano geométrica y azul, casi de avatar y un único ojo clavado en el espectador. El resto del lienzo es una particular lucha de peinados: la peluca platino acrílica de Warhol colocada de través para tapar su calvicie, frente a las magníficas rastas de la poderosa maraña oscura de Basquiat. A partir de este cuadro, los dos artistas no se separarán en dos años. Intercambiarán lienzos y pesas de gimnasio, el estudio, los amigos y las afrentas, las fiestas y las ideas, la rabia, la risa, la inseguridad, el miedo y el éxito.

     

    Dos cabezas

    Jean-Michel Basquiat, Dos cabezas, (1982), Colección particular.

     

    Bischofberger sabía bien lo que hacía cuando provocó el encuentro entre la estrella más brillante y ascendente del momento y el pintor veterano cuya carrera necesitaba ser relanzada. Cuando propuso a los dos artistas exponer sus obras en colaboración, la relación pictórica entre ambos ya estaba consolidada. Basquiat había pintado casi todas las tardes de 1984 y 1985 en el estudio de Warhol. Existía una sinergia explosiva entre su producción conjunta y sus estilos distintos: Warhol, cuyo nombre de nacimiento era Andrew Warhola -empezó a firmar como “Warhol” no por elección sino por un error de tipografía-, pintaba utilizando la técnica de la proyección y el calco, aportaba titulares de periódicos, imágenes publicitarias, logotipos de marcas y leyendas siempre escritas a mano por Julia, su madre, y cuya caligrafía se haría indisociable de su obra. Basquiat intervenía a mano y pintaba figuras tribales y poderosas, fragmentos de frases, símbolos y su icónica corona.

    De esos dos años surgirán obras de tamaño monumental que están presentes en la exposición. Desde el símbolo del dólar pintado por Warhol recorrido por una serpiente de Basquiat en Don’t tread on me o en Dollar sign, hasta las langostas, los cangrejos o el veneno. Están los lienzos más conocidos como Arm and Hammer con su logo y el brazo sujetando el martillo pintados por Warhol y la cabeza negra de Basquiat.

     

    6.99 

    Jean-Michel Basquiat y Andy Warhol, 6.99, (1985), Colección Nicola Erni.

     

    La maraña de palabras y letras que aparece en los cuadros de Basquiat suele haber menciones desconcertantes a Nerón, Marco Polo o Miles Davis, pero también al radio, el estaño o a las alas de cera de Ícaro. Sin embargo, la mayoría suele hacer referencia al cuerpo humano. Klaus Kertess, especialista en Basquiat, afirma: "La palabra estaba en el principio de su creación. Le gustaban por su sentido, por su sonido y por su forma. Le gustaba decir que usaba las palabras como si fueran pinceladas.”

    El grafitti es una de las cuatro ramas de la cultura “hip hop”, con el breakdancing, el rapping y el deejaying. Las pintadas que tapizaban los vagones del metro eran inmediatamente tapadas por las huellas del siguiente grafitero. En este ambiente Basquiat inicia su carrera con el pseudonimo SAMO (SAMe Old shit).

    op op

    Jean-Michel Basquiat y Andy Warhol, OP OP, 1984-1985, Colección Bischofberger.

     

    En la exposición están los lienzos de más de 3 metros en colaboración con marcas como Zenith, o el cuadro 6.99 rodeado por las cabezas negras de Basquiat con sus dentaduras feroces, ojos vacíos y coronas puntiagudas. También una obra africana de 10 metros de largo que pintaron mientras Basquiat liaba sus porros y Warhol reconocía que Basquiat le hacía pintar distinto, de nuevo a mano y con pincel. A medida que se avanza por la exposición, los estilos de Warhol y Basquiat empiezan a confundirse.

     

    Collaboration 23

    Jean-Michel Basquiat y Andy Warhol, Untitled (Collaboration 23) Quality, 1984-1985. Colección particular.

     

    Esta relación suele abordarse desde sus diferencias en edad, raza o en la popularidad de cada uno en el momento en el que se conocieron. Sin embargo, compartieron muchas cosas, sobre todo en el dramático verano de 1968. El 3 de junio, Valerie Solanas intenta asesinar a Warhol en su estudio. El artista pasará ocho semanas en el Columbus Hospital y tras una operación difícil vuelve a su casa con el torso cosido. Un mes antes, Basquiat había sido atropellado por un coche mientras jugaba al balón en Brooklyn. En el King’s Country Hospital curan la fractura de su brazo y distintas lesiones internas. Durante la convalecencia, su madre le llevó un ejemplar del libro de Gray’s Anatomy, un clásico sobre anatomía que produce una honda impresión en Basquiat e influirá en las aportaciones de dibujos anatómicos en sus cuadros.

    Ten punching bags

    Jean-Michel Basquiat y Andy Warhol, Ten Punching Bags (LastSupper), 1985-1986.  The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts.

     

    En la última planta, está instalada una obra compleja y misteriosa. Es una de las más célebres de la colaboración: Ten Punching Bags (Last Supper) (1985), con diez sacos de boxeo alineados en los que, como si fueran las estaciones de un Via Crucis, Warhol pinta un Cristo de ojos cerrados y cabeza ladeada. La repetición de la imagen en los sacos y la manera en la que está representado el Cristo le dan un aire de icono del pop. Encima y debajo de la cara, en la frente o debajo de los ojos, aparece repetidamente la palabra “judge” (juez). La obra se vincula al asesinato del grafitero Michael Stewart, cercano a Basquiat, y a los años más escalofriantes del sida. También al entrenamiento que compartían en su estudio y a la foto del cartel de la exposición conjunta de 1985 en la galería Tony Shafrazi. Pero más allá de todo esto, hace referencia a las raíces religiosas de ambos. Basquiat había empezado a dibujar cuando, de niño, su madre le contaba historias de la Biblia. Warhol, a quien su madre, Julia Warhola, llevaba a misa todas las semanas, quedó marcado por los santos, arcángeles y apóstoles que decoraban la iglesia. En los iconos todo tenía un significado: el color, la inclinación de la cabeza de una Virgen, la forma de juntar las manos. Y así, como nuevos santos seculares americanos, pintaría después a Marilyn, Liz, Elvis o Jackie.

    Paramount

    Jean-Michel Basquiat y Andy Warhol, Paramount, (1984), Colección particular.

     

    ¿Cómo actuarían realmente Basquiat y Warhol sobre el lienzo? Basquiat lo explicó así: "Andy empezaba un cuadro y pintaba algo muy reconocible, o el logotipo de algún producto, y yo lo desfiguraba. Luego yo intentaba que trabajara más sobre él, que hiciera al menos dos cosas más". Warhol concretaría: "Primero lo dibujaba y luego lo pintaba como Jean-Michel. Creo que los cuadros que hacemos juntos son mejores cuando no se sabe quién pinta cada parte".

     

    Basquiat x Warhol, pintando a cuatro manos

    Fondation Louis Vuitton

    8, Avenue du Mahatma Gandhi Bois de Boulogne, 75116 Paris

    Comisarios: Dieter Buchhart y Anna Karina Hofbauer

    Hasta el 28 de agosto

     

    - Jenny Saville: Biografía, Obras y Exposiciones -                                - Alejandra de Argos -

William Kentridge: Biografía, Obras y Exposiciones

  • A día de hoy, William Kentridge está reconocido como el mejor artista de Sudáfrica y es un referente para las nuevas generaciones de creadores, que descubren a través de su obra el poder del trazo sobre el papel. Esta escapa a cualquier definición o encasillamiento. Es arte contemporáneo y tradicional, es dibujo y es animación. Es protesta y poesía, provocación y pensamiento. Es escena teatral, danza, grabado y stop motion. En definitiva, está muy cerca de eso tan buscado y tan esquivo a la creación que se conoce como “arte total”.

    “La mayoría de los niños dibujan. Lo que pasa es que mí se me olvidó parar”

      01. Foto William Kentridge

    William Kentridge en su estudio de Johannesburgo (2022). Foto: Marc Shoul para The Telegraph. En thetelegraph.co.uk

      

    La obra de William Kentridge (Johannesburgo, Sudáfrica, 1955) escapa a cualquier definición o encasillamiento. Es arte contemporáneo y tradicional, es dibujo y es animación. Es protesta y poesía, provocación y pensamiento. Es escena teatral, danza, grabado y stop motion. En definitiva, está muy cerca de eso tan buscado y tan esquivo a la creación que se conoce como “arte total”. Pero la fusión de disciplinas en la obra de Kentridge no es producto de la indefinición, ni del mero proceso de prueba-error. Constituye una evolución constante a partir del dibujo, una pasión inherente al artista desde la infancia. Profundamente enraizada con el posicionamiento político de su familia y el suyo personal, su obra refleja los conflictos creados por el terrible apartheid en Sudáfrica y planta cara al capitalismo y el colonialismo. Y siempre, entrelazando la protesta con la espiritualidad, la poesía y la filosofía.

    Desde una monocromía que reivindica como suya desde sus inicios, Kentridge despliega su poderoso trazo en dibujos, películas animadas, montajes teatrales con actores, actrices o títeres y escenografías, en busca de ese dinamismo que siempre echó de menos en el dibujo. Sus trabajos no esconden el error ni intentan disimularlo: al contrario, lo ponen en valor y lo hacen parte de la obra en forma de líneas a medio borrar y trazos repetidos hasta el infinito. A día de hoy, William Kentridge está reconocido como el mejor artista de Sudáfrica y es un referente para las nuevas generaciones de creadores, que descubren a través de su obra el poder del trazo sobre el papel.

     

    02. Refuges You Will Find No Other Seas 2017  

    ‘Refugees (You Will Find No Other Seas)’ (2017). Foto: Debra Brehmer/Hyperallergic. En hyperallergic.com

     

    Arte, activismo y familia. Primeros años

    William Kentridge nace en Johanesburgo, Sudáfrica, en el seno de una familia de abogados y defensores de los derechos civiles de la población. Crece rodeado de arte: en su hogar, las paredes muestran reproducciones de obras de artistas de las vanguardias europeas, entre ellos Matisse y Cezanne. La vivienda recibe constantemente las visitas de personajes del mundo de la intelectualidad sudafricana, el activismo político y la cultura, en un ambiente donde ser artista se considera una opción perfectamente válida. El padre de William fue una figura muy activa en el escenario anti apartheid de la época, llegando a obtener reconocimiento internacional por su defensa de Nelson Mandela en los juicios de los años 50 y por representar al activista Steve Biko, fallecido en custodia policial en 1977. En palabras de Kentridge, en su casa era habitual un ambiente de “indignación y rabia en la mesa de la cena”; un hecho que, junto con el hallazgo casual de una caja llena de fotografías con imágenes de torturas policiales (que su padre custodiaba como pruebas judiciales), hace mella en el joven y configura en gran parte su futuro imaginario artístico.

       

    03. Landscape without1984 mutualart 

    Landscape without a crowd (1984). En mutualart.com

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    Ya en su juventud, Kentridge entra en la universidad para cursar Política y Estudios Africanos. No pasa mucho tiempo hasta que decida cambiar su trayectoria para estudiar Bellas Artes, manteniendo aun así su fascinación por la historia y la política. En la facultad se enfrenta al uso del color y de la técnica del óleo sobre lienzo, dos disciplinas que le resultan ajenas y complicadas. En su lugar opta por dibujar al carboncillo en contra de la tendencia del momento, que lo consideraba obsoleto. En esa época entra en contacto con la técnica del grabado y recupera su pasión por el arte. En sus propias palabras: “me hizo pensar: vale, existe una forma de ser artista sin tener que emplear el color como punto de partida”. El espíritu inquieto de Kentridge, sin embargo, le impide entonces centrarse en su carrera como artista plástico y le empuja a viajar a París para formarse como actor. Sin embargo, en tan solo un año renuncia a esa vía: como comentaría más tarde, “no era mejor actuando que pintando”. La experiencia, sin embargo, deja en él un poso de fascinación por el ritmo de la escena, los personajes y el movimiento.

      

    Hacia la mezcla de técnicas y soportes

    04. Battle between moma 1989

     ‘The battle between yes and no' (1989). En moma.org

     

    Kentridge regresa a Sudáfrica con la intención de trabajar en el ámbito del cine y la televisión, pero de nuevo sufrirá una decepción: encuentra la industria audiovisual “espantosa” y renuncia a formar parte de ella. Es una época que él mismo consideraría más adelante “un proceso de fallos tempranos”, y que le impulsa a volver a contactar con las artes plásticas. El proceso se convierte en un eje troncal en su trabajo y en su forma de pensar: la apreciación del error como aprendizaje y como parte de la obra final cobra relevancia, como señalan los dibujos en los que borra y repite sin renunciar a las líneas de prueba. Poco a poco, va siendo consciente de su tendencia a mezclar disciplinas: dibujo, películas y performance. Esta mezcla irá dando forma a su obra y le alejará de la especialización, lo que le permitirá no ser actor, dibujante ni director de cine, sino todo a un mismo tiempo. En esta intersección de disciplinas el artista se siente en su ambiente, permitiendo que cada una alimente a las demás y dé forma a nuevas vías de expresión plástica y escénica.

      

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    'Johannesbourg, Second Greatest City after Paris (1989). En Experimental Cinema.

     

    El artista no abandona su pasión por el dibujo a carboncillo y continúa reflejando en su obra su completa oposición al apartheid que caracterizaba al régimen de gobierno de Sudáfrica durante los años 80. Sin embargo, las limitaciones de la técnica le resultan cada vez más complicadas de asumir; esto hace que mantenga su interés por la animación, campo en el que desarrollará una técnica propia para dar vida a sus dibujos. El método, que el propio Kentridge denominó como “animación del pobre” o “animación de la edad de piedra”, consistía en dibujar escenas o personajes sobre una hoja de papel, captarlas, borrarlas y volver a dibujar en el mismo soporte. Esto permite que las líneas borradas permanezcan en la cinta, añadiendo profundidad e intención a la obra. A través de la animación, el artista ve cómo se abre ante sí un nuevo campo de acción que le permite combinar sus intereses: historia, cine, dibujo y política. Su primera película completamente animada lleva por título ‘Johannesbourg, Second Greatest City after Paris’ (1989), una frase que anotó tras despertar de un sueño donde la escuchaba.

     

    05. develop catch surpass tate 1990

    'Arc/Procession: Develop, Catch Up, Even Surpass' (1990). En tate.org.uk

     

     

    De la animación al teatro: escenarios, películas y montajes

     

    06. WILLIAM KENTRIDGE Soho Eckstein 

     'Soho Eckstein' - Fotograma (1994). En proyector.info

     

    Kentridge empieza a conectar con realizadores audiovisuales, compañías de teatro y músicos a lo largo de los siguientes años. La década de los noventa es fructífera en su obra, forjando colaboraciones con la directora de cine y televisión Catherine Meybourg o la Handspring Puppet Company, con quienes realiza 'Woyzeck on the Highveld' (1992). En el montaje, los grandes títeres son manejados por personas a quienes también se ve en escena, generando un impactante lenguaje visual muy relacionado con el trabajo del artista. Su prestigio y presencia internacional siguen creciendo; al mismo tiempo, mantiene su activismo político y su postura de denuncia frente a las violaciones de derechos humanos en su país. Esto no impide que su obra vaya adquiriendo matices más poéticos y filosóficos. En los trabajos de animación que crea a lo largo de estos años aparecen con frecuencia dos personajes que se volverán esenciales en su universo: Soho Eckstein, paradigma del capitalista, y Felix Teitelbaum, artista y soñador que el propio Kentridge reconoce como su alter ego.

       

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    'Woyzeck on the Highveld' (1992). En Brisbane Power House.

     

    Los dos personajes cobrarán relevancia a nivel mundial cuando William Kentridge los muestra en dos películas (‘Soho Eckstein’ y ‘Felix in Exile’) durante la Documenta de Kassel, en 1997. Las obras reflejan los horrores del apartheid sudafricano, pero también implican una reflexión sobre la identidad del ser humano: quien es y quien aparenta ser. La muestra es un éxito y Kentridge pasa a ser representado por la Marian Goodman Gallery, con sedes en Nueva York, Londres y París. A partir de ese momento se convierte en el artista sudafricano con más proyección a nivel mundial, lo que no le impide seguir buscando nuevas vías de expresión artística. Kentridge comienza a trabajar en montajes escénicos, entre ellos óperas, entre los que destacan su versión de ‘La Flauta Mágica’ de Mozart (con la compañía La Monnaie) o ‘La Nariz’, obra satírica de Dmitri Shostakovich inspirada en un relato de Nikolai Gogol y puesta en escena para la Metropolitan Opera de Nueva York. Al mismo tiempo, su obra protagoniza exposiciones retrospectivas en el MoMA de Nueva York, el Jeu de Paume de París y el Museo Nacional de Arte Moderno de Tokio.

     

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     T'he Head & The Load' (2018). Presentación del montaje encargado por 14-18 NOW y realizado en la Sala de Turbinas de la Tate Modern de Londres.

     

    A día de hoy, William Kentridge sigue viviendo y trabajando en Johanesburgo, donde en 2016 fundó un centro para apoyar a los artistas y creadores emergentes de Sudáfrica. Durante los años siguientes y hasta la actualidad, continúa investigando sobre nuevos soportes y profundizando en su interés por la política con obras como 'The Head & the Load', un ambicioso montaje multimedia en homenaje a los millones de porteadores y transportistas africanos que participaron en la Primera Guerra Mundial.

     

    Exposiciones   

     

    “Basta y Sobra”. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid (2017)

     

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    El Museo Reina Sofía dedicó en 2017 una gran exposición a William Kentridge, centrada en la interacción entre el dibujo, la escultura, la animación y las artes escénicas que constituye el centro de su producción. La muestra permitió al público conocer el desarrollo de las propuestas del artista, desde los bocetos iniciales hasta las maquetas de los escenarios o las películas animadas que conforman su obra.

      

      

    “Thick Time”. Louisiana Museum of Modern Art, EEUU (2017)

     

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    Esta muestra fue la primera gran retrospectiva sobre William Kentridge organizada en el Estado de Luisiana (EEUU). La selección de piezas (audiovisuales, grabaciones de performances, producciones de ópera y teatro, esculturas y dibujos) se realizó gracias a la colaboración del museo estadounidense con la Whitechapel Gallery de Londres, el Museum der Moderne Salzburg y la Whithworth Gallery de Manchester.

     

    “William Kentridge. Why Should I Hesitate: Putting Drawings to Work”. Zeitz MOCAA, Cape Town, Sudáfrica (2019)

     

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    La muestra ‘Por qué debería dudar: poniendo a los dibujos a trabajar’ repasó el trabajo de Kentride a lo largo de 40 años. en una selección antológica. Organizada en torno al papel de la práctica en estudio, inherente al trabajo artístico, permitió al público admirar una amplia selección de dibujos a carboncillo, litografías, películas de animación realizadas con la técnica stop-frame, tapices, instalaciones y vídeos. En palabras del comisario, Azu Nwagbogu: “Nos pareció vital desempaquetar a Kentridge y revelar más sobre sus procesos, y sobre cómo sus formas tridimensionales cobran vida”.

     

    “William Kentridge. More Sweetly Play the Dance”. Museo de Arte Contemporáneo de Luxemburgo (2021)

     

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    En 2021, el Museo de Arte Moderno de Luxemburgo dedicó una gran retrospectiva William Kentridge, en la que la selección de trabajos se centró en desvelar la continua meditación que realiza el artista en temas como la historia y la subjetividad, y su reflexión sobre la construcción del significado a través de la imagen, el lenguaje, el sonido y el tiempo. La exposición permitió descubrir y analizar su obra, a través de una acertada selección de dibujos, esculturas, obras sonoras y películas de animación.

     

    “William Kentridge”. Royal Academy of Arts, Londres (2022)

     

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    La Royal Academy of Arts de Londres dedicó su gran exposición de otoño de 2022 a William Kentridge, Miembro Honorario de la institución. Hasta la fecha, ha sido la exposición más grande jamás organizada alrededor del artista en el Reino Unido. La muestra incluyó obras nunca vistas en el país con antelación, así como algunas piezas creadas específicamente para el evento. El público pudo admirar también tapices de 4 metros cuadrados, los árboles a carboncillo que se han convertido en piezas icónicas del artista y un espectacular audiovisual de tres pantallas, 'Notes Toward a Model Opera'.

     

    “Weigh All Tears”. Hauser & Wirth, Hong Kong (2022)

     

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    En estrecha colaboración con la Goodman Gallery, la sede que la Galería Hauser & Wirth tiene en Hong Kong inauguró en 2022 la muestra “William Kentridge. Pesa todas las lágrimas”. La selección de trabajos recorrió todas las disciplinas abarcadas por el artista: animación, dibujo, puesta en escena, escultura, dibujo y grabado. Una muestra encaminada a analizar cómo Kentridge busca sentido al mundo a través de su arte, y cómo su trabajo ayuda a quien lo contempla a ser más consciente de lo que ve y lo que conoce.

     

    Libros

     

    “William Kentridge: 5 Themes”. VV.AA. Yale University Press. 2009

    Nos encontramos ante un extraordinario volumen, creado en colaboración con el propio artista, que recorre los cinco temas principales de la obra William Kentridge: la relación entre Soho y Felix (dos personajes creados por el artista: un hombre de negocios y su alter ego aquejado de ansiedad), 'Ubu y la procesión' (inspirado por la obra teatral ‘Ubu Roi’ de Alfred Jarry, refleja los conflictos, la emoción y los vertiginosos cambios sociales en la Sudáfrica posterior al apartheid), el artista en el estudio (un análisis del trabajo de creación en soledad), 'La Flauta Mágica' (diseños de escenarios para la ópera de Mozart) y 'La Nariz' (producción inspirada por puesta en escena de la ópera de Shostakovich). El catálogo incluye un DVD con fragmentos de sus películas de animación, y un comentario que arroja nueva luz sobre la obra de Kentridge.

      

    “Fortuna”. Rocío Lorente García, William Kentridge. RM Verlag, S.L. 2015

    La obra multidisciplinar de William Kentridge se basa en los medios plásticos tradicionales (grabado, dibujo y animación stop-frame) para plantearse los cimientos de la representación visual en la actualidad. Este libro recoge la selección de trabajos de la exposición ‘William Kentridge. Fortuna’, y es un magnífico punto de partida desde el que descubrir su obra y la reflexión que la motiva. La muestra recorre los distintos caminos elegidos por el artista para crear su propio lenguaje; en él, el punto de vista subjetivo reflejado en los distintos trabajos se ve constantemente influenciado por la historia reciente de su país natal, Sudáfrica.

     

    “William Kentridge. Basta y Sobra”. Editado por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, 2017

    El catálogo publicado por le MNCARS con motivo de la gran retrospectiva dedicada a su trabajo (fundamentalmente en su vertiente escénica) es un volumen imprescindible para los amantes del arte, y para cualquier persona que desee acercarse a la obra del artista. En línea con el planteamiento de la exposición, el texto señala que el trabajo escénico de Kentridge no puede ser entendido como un relato paralelo a su expresión plástica. Por el contrario, el artista hace confluir constantemente ambos mundos: su imaginario plástico impregna sus diseños para el escenario, creando un universo intrínsecamente personal que dota de nueva vida a los textos dramáticos y las puestas en escena.

     

     

    - William Kentridge: Biografía, Obras y Exposiciones -                                - Alejandra de Argos -